Borrador del Discurso del Dr. Blanco, hijo del Poeta Andrés Eloy Blanco en su visita a Cumaná en el 2.002 en ocasión de cumplirse un nuevo aniversario del natalicio del Poeta.


Siguiendo el mandato de la sangre estoy por segunda vez acá, embriagado en el honor de pisar la tierra de mis mayores y la tierra de la mayor de mis reverencias, como lo es el Mariscal de Ayacucho. Qué investidura tiene un hijo suyo para venir a hablar de él que no suene a pedantería?- Un hijo suyo -es decir, un accidente biológico-viene acá a expresar sus calificaciones sobre su propio padre ¿acto pueril o atrevimiento?

De nuevo, como en 1995, estoy en esta plaza y delante de esta casa que irradia su indecible hechizo. Y una vez mas expreso que no quiero exponer sino el intimo tatuaje que me dejo su vecindad. Y que es más que nada la aguerrida postura en defensa del poder civil, y sobre todo su Canto por la libertad del hombre. No soy quien pueda aquilatar sus versos ni su extensa obra periodística. Aquí comparezco ante Uds. sin mas título que exhibir ante Uds. Ciudadanos representantes, que mi simple partida de nacimiento. Y armado con ella, de nuevo me pregunto qué fuerza puede tanto como para sostener viva en la memoria de la gente y en el corazón de los sucrenses tanto amor como el que revela esta ceremonia. Por encima de cualquier otra palabra que yo pueda tratar de expresar acá, quiero dejar testimonio de que nada supera al agradecimiento dirigido al hombre común, que ha preservado para AEB con emoción, un santuario, entre tantos perecederos entusiasmos éticos a los que hemos sido proclives los venezolanos a lo largo de generaciones .

Y de nuevo a darme a fantasear al volver a esta Tierra Prometida, la del signo del Éxodo de la cual hemos estado prófugos a lo largo de un largo siglo.

Apenas se ven las aguas del golfo Y lo más inmediato que me viene es:

   A las 9 de la mañana del 16 de Julio de 1799 el velero español Pizarro anclaba en el puerto de Cumaná. Las altas montañas de la Nueva Andalucía, medio cubiertas de niebla, se perfilaban en el horizonte....flamencos rosados, garcetas níveas y grandes pelícanos pardos del tamaño de cisnes se alimentaban en la playa junto a un inmóvil mar verde: incluso a esa temprana hora la luz era deslumbradora...al primer golpe de vista el lugar nos aturdió por completo. Qué fabuloso y pródigo país estamos pisando!.Plantas fantásticas, anguilas eléctricas, armadillos, monos, loros..toda una multitud de árboles de hojas enormes y flores de fragante olor tan grandes como una mano, completamente nuevos para nosotros... Bonpland no deja de advertirme que perderá el juicio si las maravillas no acaban pronto...

En estas notas del Barón Alejandro de Humboldt escritas para su hermano se revela la exaltación que aquella naturaleza pródiga y desconocida produjo en quien puede sin ambages llamarse el Descubridor Científico de América. Pocos días más tarde electrizado por la desmesura de aquel mundo virgen se precipitaría al Sur. La descripción de lo que vio aquel día es parte relevante de su Viaje a las regiones Equinocciales del Nuevo Continente.
Puso primero pie en Cumaná y aquel día le dio acta de nacimiento a la ciudad en la comunidad científica mundial.

Así trato yo de experimentar leyendo como lo hacía Andrés Eloy en esa casa cuando hojeaba esos mismos libros . Sus favoritos, los libros que hablan de los reinos de la naturaleza. Y así parte del embrujo nació.

Un nuevo 6 de Agosto. Fue sólo después de su muerte cuando la fecha natalicia empieza a ser celebrada y se hace tradición. Por azar, es un 6 de Agosto en que la humanidad conoce el terror de una nueva era en el arte de la guerra, en Hiroshima. Y no sin significado, es también la fecha en que la cristiandad celebra la Transfiguración del Señor.

Momento propio para la infidencias de la memoria: Nunca Andrés Eloy festejó la fecha de su cumpleaños. Fiel a la vieja usanza hispánica, y luego mexicana, de celebrar el onomástico, sí vislumbro nuestra casa llena de una entusiasta y calurosa concurrencia el 30 de Noviembre, cada año. Oportuno es contar acá como nació el nombre de Andrés Eloy. Acá en esta ribera del Manzanares, un crío vino a la vida en la medianoche del 30 de Noviembre al 1º de Diciembre de 1830. Mientras en San Pedro Alejandrino el gran danzarín llevaba en los dedos el compás de las aguas que le marcaban los últimos compases de la Danza del Fuego. Acá, en Cumaná, el santoral señalaba al Apóstol Andrés, y al día siguiente a un santo varón llamado Eloy. Y así fue bautizado Andrés Eloy Meaño, quien sería Gobernador de la provincia de Cumaná, médico de los que iniciaron sus estudio en el antiguo y noble Colegio Nacional de Medicina del vetusto convento de San Francisco, y a quien el terremoto de 1853 envió a Caracas . Allá se graduó y volvió. Hizo vida y profundizó raíces en estas calles y bajo las losas de la Iglesia de Santa Inés reposan sus cenizas. De ese abuelo vino el nombre . El 14 de Septiembre de 1896 al 6º hijo de Luis Felipe Blanco Fariñas y Dolores Meaño Escalante. “En la Santa Iglesia Matriz de esta ciudad de Santa Inés de Cumaná, el Pbro. Br. Cruz Antonio Silva, con licencia del Cura Rector, Pbro. Dr. José Martiarena,.bautizó solemnemente un párvulo con el nombre de Andrés Eloy”.

Ese mismo niño de 20 días se va a Caracas y allá sobrevive a la tosferina

Y puede volver a su casona y crecer, se bañaba en un estanque bajo un parral, que sabía a Grecia, hasta que el ultimo día de la Guerra Federal, un Luis Felipe Blanco, médico de niños como yo, maestro de escuela, traductor de griegos y latinos, fue a la cárcel acá en Cumaná y de allí al destierro. Por seguir a Nicolás Rolando y se le dio como confinamiento la Isla de Margarita y allá ese doctor Blanco fue médico de pueblo, y de ese primer exilio cuenta su hijo menor, Andrés Eloy, que su coche negro y su caballo blanco recorrieron mil veces los caminos de la isla, siempre llevando a sus dos hijos varones en el coche, y durante el viaje recitaban poemas y al mismo tiempo nos enseñaba a querer a la tierra y a sus seres y mientras con mano suave llevaba la rienda de su caballo- El exilio y el mar, cosas del llanto.

Están desterrado 6 años y vuelven a Cumaná en Abril de 1909, justo a tiempo para aquel niño recibir la comunión de manos del padre Martiarena, era el 10 de Junio de aquel año.

Y miedo, mucho miedo en el alma azul
Yo comulgaba
Y por el alma azul bajó la hostia
Como luna en la madrugada

Ya en Julio de 1909 se radica en Caracas. Y ya no habrá más para él esta casona oriental con la que soñará para siempre y a la que hará entrar en el paisaje espiritual de la patria con sus versos.
Está en la escuela caraqueña en Septiembre de 1909. El día 25 bajaba camino del colegio, y en la esquina de Carmelitas oye un disparo y ve caer muerto a Henrique Chaumer, el hombre municipio, asesinado por un envalentonado a una cuadra de la ahora ominosa esquina de Llaguno, desde donde los émulos del asesino de Chaumer dispararon también contra una muchedumbre indefensa y por una casualidad, confundido entre esa multitud esperanzada iba quien ahora les está leyendo.

El chico quiere ser abogado. En 1918 conoce su primer arresto . Los estudiantes, so pretexto de festejar el cumpleaños del rey Alberto de Bélgica exaltan su heroica resistencia ante la invasión alemana .Saben de las simpatías del gobierno por el Keiser Guillermo.

En 1919 está en Apure, dado por única vez a la jurisprudencia ,y su cliente estelar es la legendaria Doña Bárbara, cuya historia narra a Gallegos. Pero la poesía lo llama, y a temprana hora es tocado por la fama, cuando la Academia de la Lengua lo premia por el Canto a España. Recibe el lauro, es el hombre del día, pero al mismo tiempo recibe el costalazo que cambia su vida, al presenciar la ejecución de tres hombrees a garrote vil. Al dejar de ser un “poeta de Juegos Florales” en lo adelante dirá que “Soy un poeta prestado a la política a nombre d e la responsabilidad del pensamiento”. Es esa, para siempre su profesión de fe.

Regresa a su tierra pero hace una fecunda y trascendente escala en La Habana, donde estrecha lazos que durarán toda al vida con la juventud literaria de Cuba. Con el gracejo que le fue consustancial, narra:
“Me esperaban en graciosa distribución, de un lado el Ministro y el Secretario de la representación diplomática del gobierno de Venezuela en Cuba. Del otro lado, a buena distancia, los desterrados: Aristeguieta, Ramos Sucre, Gustavo y Eduardo Machado, Salvador de la Plaza,Hernando Rodríguez del Toro. Mas curioso fue aun el brindis que se hizo en e l salón del hotel: los diplomáticos de Gómez se sentaron a mi derecha; los desterrados a mi izquierda. Todos hablaban conmigo, pero entre ellos no hablaban. “

A poco de volver, poeta laureado y agasajado por doquier, descubre que la opresión se avenía mal con su natural indócil, y decide afrontarla con un periodiquillo mecanografiado. Y muy pronto lo pillan y se lo llevan de viaje, primero a la simbólica Rotunda, luego al tenebroso castillo de Puerto. Cabello. Cuando casi se muere y las garras de aquellos buitres uniformados le dan respiro, es para enviarlo a otro confinamiento: La ciudad de Timotes, como la Montaña Mágica de Thomas Mann, donde su esmirriada osamenta es aun objeto de celosa vigilancia. Acá debe haber tomado conciencia del poder temible de su voz. El General déspota tiembla ante lo que pueda decir el poeta. Se le incomunica. Se prohíbe a los lugareños tener trato con el sujeto .Debe haber ideado en aquella soledad su conmovedor Cuento de Salud y Libertad, que años después dedica a sus hijos, y a los hijos de todos los venezolanos que se sienten libres.

Pero en vano buscaron prenderlo
Porque huía de todos los hombres
Porque aquel era el pájaro libre
Conspirador del cielo
Agitador de sus alas veloces
Un fugaz ruiseñor de los campos
Con canto de flecha mojado en los bosques..

Y volverá a ser libre cuando muera el déspota para enseñar a la gente buena de su noble pueblo la complicada gimnasia de la democracia. Y será de quienes inauguren una clase de pedagogía política que no ha tenido parangón en nuestra historia, y pese a que solo durará unos 50 años, sigue siendo la reserva moral que ha permitido al venezolano de hoy alzarse contra las pretensiones hegemónicas de quienes han sentido nostalgia por la peinilla y el caporal.

Presidirá una Asamblea Constituyente ejemplar, de donde sale la más democrática constitución de América.

En el primer minuto del 5 d e Julio de 1948 nació una nueva Constitución de Venezuela .entre sus hojas con sus cuatro pétalos abiertos está la flor de las cuatro libertades

Pero el cuartelazo- paludismo recurrente de nuestra vida ciudadana- acaba con aquel experimento

Y en 1948 emprende el exilio, hacia la Cuba entrañable de sus años de rapsoda impenitente, y al final la severa magnificencia de Tenochtitlán, la región más transparente del aire, donde conocerá por única vez en su vida la dulce calma de la vida familiar : una existencia provinciana casi, bajo la tutela de los grandes volcanes de Anáhuac. Podrá decir como Lowry, “Al que ha caído el polvo de México en el alma ya no vivirá sin él.”

Y allá dejó la vida, en una noche impía. . Volvió a su tierra en alas de un vetusto DC-3-a inhumarse en un cortejo prohibido. Esta, su póstuma confinación. (Aunque hoy no podría asegurarse de que sea la última). Su cadáver ofrecía los mismos síntomas de peligrosidad que acobardaron a cada bárbaro a su tiempo. Esbirros vigilaban a los asistentes y anotaban sus nombres en tenebrosas libretillas. Desde el bebé coqueluchoide al editor furtivo de El Imparcial, o al fantasmal caquéctico de los páramos en aquella pobre y sublime habitación merideña de 1932. Todos ellos infundieron pavor de una misteriosa forma a los que usaban los fusiles para imponerse. Ese sortilegio no parece terminado.

Llegó a 100 años viajando alma adentro, y el pueblo, palabra a la que su voz daba una dignidad sonora, que ahora parece ignota, lo recuerda con vocación que asombra.
“La fama es el sol de los muertos”, dijo Balzac.

Pero sin los vivos que periódicamente refresquen las ropas, se acerquen al horno y muevan sus complicados mecanismos, la fama eventualmente se apaga. Para fortuna de su memoria Venezuela lo convirtió en alegoría y lo contiene dentro de su paisaje, como lo atestiguan 57 escuelas o liceos e incontables plazas y avenidas que llevan su nombre. Pasarán los años, como han pasado, y de su obra escrita se recordará lo más popular, como prueba de su raíz sensible. Se olvidará lo mejor, pero en algún momento se hablará de él en un tono despojado del hagiográfico que tanto lo ha desdibujado. Tal vez se tendrá referencia de su voz, de su elocuencia, que exaltaba multitudes en un nivel reservado a los ídolos musicales y deportivos

Pero a solo 6 años de su Centenario, el paisaje instituciones libres, independientes, de Poderes separados, por los que se desveló, ha sido barrido. Y yo me pregunto y me repregunto, y con fuerza de interpelación penitente... ¿Se reconocerá El en esta Venezuela? ¿Transigiría ante las nuevas caras de la injusticia?
Andrés Eloy, cuya veneración por el agudo Simón de las Espadas no tenía límite, que descubrió que Venezuela –inalcanzable y pura- es más poblada en la gloria que en la Tierra, se rebelaría al oir el nombre de Bolívar usurpado y usado en vano como triquiñuela circense. Sin duda sí andaría preguntando cuántos de sus paisanos recuerdan hoy que Antonio José de Sucre encarna, por encima de cualquier otra cosa al Militar Civil que no confió jamás en la virtud de las armas en tanto que medio encaminado a normar la vida institucional de las naciones .

Y yo me vuelvo a preguntar, ciudadanos representantes ¿es este el país que el aspiraba a legar a sus hijos, él que fue conciencia abierta a todo lo que significara integración venezolanista, ciudadano de mil ventanas abiertas a todos los vientos de la la inquietud nacional,como lo llamó Mario Briceño Iragorry?

¿Es este el país donde rige la majestad del poder civil ? ¿Imaginan Uds. al menudo redactor de El Imparcial, hoy? ¿Viviría él resignado en un país acechado por comisarios ideológicos ?

El, que escribiera

Digo al adicto rojo del nuevo falansterio
Que con la luz del día la libertad dialoga
Y el bien está en ser libres del odio y el misterio

Como lo gritara Luis Castro Leiva en la hora de su antológico mensaje al Congreso el 23 de Enero de 1998: 148 años nos ha costado empezar a descubrirnos capaces de confiar en nuestras facultades para ser libres.
Más de medio siglo para aprender que se puede «vivir en común» (en república) sin tener que obedecer ya más al poder del silencio y la mandonería. Por esas mismas razones Andrés Eloy exclamaría

¡vivir es desvivirse por lo justo y lo bello!.

El sacrificio de hacerse aherrojar, martirizar, desterrar por la libertad, un concepto huidizo en aquellos años, prevalecerá como señal de vida en el cuerpo informe de la nación. Mas quiero yo por mis hijas y por los hijos de todos los venezolanos que se le recuerde como propalador de un proyecto de vida desvelado: La república del hombre justo, la fórmula que él mismo escribió y puso en boca de Vargas

Receta sin contraindicaciones para la sed y la oscuridad
Agua y luz, luz y agua, la fórmula del iris.

Todavía en esta hora crispada debemos confiar en Venezuela, apuntando a lo que Guillermo Sucre dijo a propósito de Mariano Picón Salas: si alguien pudo escribir con tanta claridad sobre lo que somos, es porque esa luz existe en alguna parte.

Y sigo conservando para mí el retrato que mejor condensa la esencia de su vida. La viril noción de fragilidad. El mismo era la efigie agónica que trazó de Charles Chaplin:

Algo que corre sin rumbo fijo. algo que a cada segundo está evadiendo el atropello. algo que se escapa ,y cae, y vuelve a escaparse; algo que se quiere salvar y se salva y a veces parece que se muere, y se fugó d e nuevo, y se hace aéreo, impalpable, sólido, intenso, efímero, doloroso y risible.

"Desgraciados el pueblo que obedece y el hombre que manda solo", reflexionó una vez Bolívar ante una asamblea constituyente que se disponía a otorgarle una vez más todos los poderes

Y contra eso todavía tenemos la voz, la vida, la fe de Andrés Eloy Blanco. Que para esta hora tiene la palabra justa.

Señores:
Con la limitada autoridad que me da mi parentesco, quisiera usarla para invitar a volver al punto de partida de aquella conciencia de pueblo que el llamo Navegación de Altura

Para traerlo de nuevo en medio de nosotros y acatarlo en la formidable empresa a la que nos vuelve a invitar desde su angustia. El, albacea del albacea de la angustia venezolana

'Venezuela está ciega y necesita sol... Venezuela está insomne y necesita noche... Venezuela está exhausta y necesita lecho... Venezuela está ardiendo y necesita
agua... Venezuela está muda y necesita voz... Venezuela está inmóvil
y necesita andar... Venezuela ha llamado a sus hombres.


Nota: Permiso de publicación concedido por la Sra. Flor Nassar de Díaz (Presidenta de la Fundación Andrés Eloy Blanco) en el mes de Abril del 2003 a la Sra. Rosa Theron de Castillo