Ruta de Humboldt
Reseña
de los Viajes de Humboldt:
El
sabio alemán Federico Guillermo Enrique Alejandro de Humboldt nació el
14 de Septiembre de 1.769 en Berlín, capital de Alemania y murió el 6
de Mayo de 1.859. Sus estudios y observaciones lo convirtieron en el
mayor geógrafo y el explorador más importante de todos los tiempos
modernos. Además fue un naturista, filósofo y poeta. Siempre defendió
los derechos humanos y con el más estricto rechazo de la esclavitud y
la opresión de los campesinos. Fue el autor e impulsor más importante
de atlas y mapas. Destacado en mineralogía, botánica, geografía,
estadística, etnografía, geodesia y el que empleó la más variada
cantidad de instrumentos científicos sofisticados para esa época y
Cumaná sirvió de entrada a este gran sabio y sus instrumentos
científicos.
Este
sabio alemán también sirvió de estímulo a Simón Bolívar para emprender
su cruzada por la independencia.
Hizo
numerosas exploraciones científicas en Europa y que continuaron en las
colonias españolas, recorriendo gran parte de Venezuela, siendo la
ciudad de Cumaná su entrada donde pernoctó por varios días, aquí
experimentó numerosos temblores de tierra, observó una lluvia de
estrellas fugaces y conoció de extraños casos como el del labriego de
Arenas que amamantó a su hijo y la piedra del ojo de la que se hablaba
mucho en Araya, que se movía al gotearle zumo de limón, aparte de los
numerosos descubrimientos y exploraciones que hizo en nuestra tierra,
flora y fauna, siendo su máxima maravilla explorada la Cueva del
Guácharo que lleva su nombre en su honor: Monumento Natural Alejandro
de Humboldt. Sus exploraciones e investigaciones comenzaron por
Cumaná, Araya y Manicuare, que sería su primera excursión, para luego
seguir por Cerro Quetepe, El Imposible, San Fernando, Arenas,
Cumanacoa, Aricagua, como la segunda excursión, para dejar el de
Cocollar, Caripe, visitando La Cueva del Guácharo (Monumento Natural
que en su honor lleva su nombre), Catuaro, Santa María de Cariaco,
Pericantar y toda la costa hasta llegar a Cumaná, como su tercera
excursión antes de partir a recorrer gran parte de nuestro territorio
nacional. Siguiendo las huellas del viajero alemán, hemos establecido
el recorrido que realizaremos.
Sus extraordinarios
descubrimientos y exploraciones están perfectamente descritos en sus
libros “Viajes a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente”.
El 16 de julio de 1.799,
el sabio alemán Alejandro de Humboldt y su inseparable amigo francés
Aimé Bonpland, desembarcaron junto al resto de la tripulación de la
goleta “Pizarro” en las costas de Cumaná...
Comenzaba el
descubrimiento científico del Nuevo Continente.
La ruta original tenía
como destino la Isla de Cuba, pero una epidemia a bordo que originó
la muerte de uno de sus tripulantes, obligó al Capitán de la
embarcación dirigirse a Cumaná como puerto más cercano en Tierra
Firme.
Fueron recibidos por
Vicente Emparan quien para ese entonces servía como Gobernador de la
Provincia. Pernoctaron en la ciudad de Cumaná en una casa frente a
la actual plaza Miranda, ahora convertida en hotel, desde donde veía
el lamentable espectáculo de la venta de esclavos y desde esta zona
podía apreciar fácilmente el firmamento, pudo observar la famosa
lluvia de estrellas fugaces y experimentó los temblores de tierra
comunes en esta zona, al igual que un eclipse de sol, todos estos
fenómenos en un corto tiempo.
Luego de visitar el
castillo de San Antonio de la Eminencia, conoció las ruinas del viejo
castillo de Santa Maria de la Cabeza.
Primer Circuito:
Cumaná / Araya / Manicuare / Cumaná
Cruzó el Golfo de
Cariaco para visitar la Península de Araya en lo que sería su primera
excursión.
Camino a Manicuare pasa
por el cerro Barrigón hacia Punta Arenas cerca del cerro de La Vela
(desde este cerro se hacía la vigilancia cuando los barcos invasores
se acercaban a las salinas de Araya). Este poblado lo mencionó como
una aldea de costumbres indígenas, sorprendiéndole la calidad de sus
trabajos de ollería, de sus trabajos de arcilla ya famosos, como los
vasos porosos de Manicuare, que servían para conservar la leche
fresca. Actualmente, estos trabajos son ejecutados por las loceras de
Manicuare, que venden sus artesanías desde sus casas.
Este paso por Manicuare
es actualmente combinado con la visita a la casa museo del poeta Cruz
Salmerón Acosta, nacido allí el 3 de enero de 1.892, quien a la edad
de 37 años, a causa de la penosa enfermedad de lepra muere el 29 de
julio de 1.929. Estudió la primaria y se gradúa de bachiller en
Cumaná, luego se traslada a Caracas a estudiar Derecho en la
Universidad Central de Venezuela, pero decide regresar a Cumaná
viendo así truncada sus esperanzas, más tarde se refugia en su pueblo
natal para vivir del recuerdo y cantarle al cielo y al mar azul; “En
Manicuare, los juramentos se hacen con poesía”, así lo menciona el Sr.
Julio Hernández, quien es la persona que nos deleita con las historias
y anécdotas del poeta. “Puede decirse que Cruz Salmerón nació
iluminado por el esplendor de la llama, que emite su luz de grandeza
en el pensamiento literario”, palabras recogidas textualmente del
libro Araya contada por Arayeros, escrito por el cronista del
Municipio Autónomo Cruz Salmerón Acosta, Prof. Carlos Reinales Mago.
“AZUL”
Azul
de aquella cumbre tan lejana
hacia
la cual mi pensamiento vuela
bajo
la paz azul de la mañana
¡Color que tantas cosas me revela!
Aquí, cerca de Manicuare,
por el Cabo de la Brea, Humboldt mencionó que brotaba un manantial de
nafta cuyo olor se percibía.
Tiempo después hizo un
recorrido desde Manicuare hacia la Laguna Chica y Laguna Grande o del
Obispo, pero no logran llegar hasta esta última laguna, por lo que la
observan desde lejos. En la Laguna Chica, en el promontorio que lleva
el nombre de Punta de Chuparuparo, encontraron en el “Arroyo del
Róbalo”, el mineral alumbre natural que ya conocía desde un tiempo
atrás.
Visitó y examinó las
Salinas de Araya, convirtiéndose en su primer historiador y cronista
más ilustrado. Las salinas de Araya en el Estado Sucre, antigua
provincia de Cumaná, fueron descubiertas por Pedro Alonso y Cristóbal
Guerra, quienes habían acompañado a Cristóbal Colón en su tercer viaje
a estas costas orientales, pero ya estaban siendo explotadas por los
indígenas de manera rudimentaria desde el año 1.501, en varias
ocasiones fueron blanco de ataques de piratas y filibusteros, siendo
los holandeses quienes comercialmente tenían el mayor interés, por la
importancia industrial del preciado mineral, sin dejar atrás a los
ingleses que se enfrentaron a los españoles en la famosa batalla del
“Ancón de las Refriegas” o Puerto de Araya. Humboldt escribió: “La
Real Administración de las Salinas de Araya no data sino del año
1.792. Antes de esa época estaban en poder de los pescadores indios
que fabricaban a su arbitrio la sal y la vendían, pagando al gobierno
la módica suma de 300 pesos...”. En la actualidad la explotación de la
sal está en manos del gobierno del Estado Sucre y la constituyó con el
nuevo nombre de S.A.C.O.S.A.L (Servicios Autónomos de Actividades del
Complejo Salinero de Araya) para tratar de reactivar su
comercialización que viene desde la época de la colonia.
La
mayor atracción de los visitantes de este complejo, es escalar estos
cerros de sal llamados “pillotes”, pudiendo llevar muestras de esta
como recuerdo, el paseo en chalanitas por la Laguna Madre y los
recitales del ya famoso poeta del complejo Leobaldo Salazar.
Recorrió las ruinas del
castillo de más importancia de la época de la colonia, llamado
“Fortaleza de la Real Fuerza de Santiago de Arroyo de Araya”,
Santiago en honor al patrón de España; Arroyo en honor al Gobernador
de Cumaná (Don Diego Arroyo y Daza), y Araya por ser el nombre del
lugar donde se había construido. Este Castillo de Araya se construyó
por la necesidad que tenía la colonia española de defender sus
salinas, por la protección de la explotación perlera y para defender a
las islas cercanas de ataques de corsarios y piratas provenientes de
diferentes países europeos, principalmente de holandeses, ingleses y
franceses.
El Castillo de Araya
fue la más importante fortaleza entre todas las construidas en
Venezuela durante la época evangelizadora, por lo inexpugnable que
resultaba ser, logró defender las salinas por mucho tiempo, pero
resultó ser una costosa carga para la Corona Española, por lo que en
1.762 el Rey ordena su demolición antes de que cayera en manos
enemigas. Actualmente estas ruinas se encuentran abandonadas y con un
franco deterioro progresivo, sin dejar de ser majestuoso como historia
silente que atrae a miles de turistas ya que se encuentra frente a un
mar de aguas cristalinas con su playa de arenas muy blanca que siempre
nos invita a refrescarnos y desde donde observamos bellos atardeceres
bajo la brisa marina.
Segundo Circuito:
Cumaná
/ San Fernando / Arenas / Cumanacoa / San Lorenzo / Aricagua /
Cocollar / Cumaná
“La segunda
excursión de Humboldt fue la más larga e instructiva por los montes,
hacia las misiones de los indios Chaimas”.
Así se refirió el sabio alemán a su salida de San Francisco,
atravesando las llanuras peladas de Cumaná hacia el grupo de montes
elevados de la Nueva Andalucía, siguiendo la banda derecha del
Manzanares por un estrecho sendero llegaron a la altiplanicie de
Quetepe. El había aconsejado reducir a un volumen mínimo sus
equipajes, a causa de la dificultad de los caminos, así que
emprendieron su viaje con tan sólo dos bestias de carga que llevaban
sus provisiones, los delicados y novedosos instrumentos de medición y
el papel necesario para desecar las plantas. Todo esto lo tomaron en
cuenta en vista de que tenían la idea de colectar y estudiar las
plantas, los animales, las rocas y los fenómenos naturales posibles.
Subieron a lo alto de
una colina de asperón, a la que se le llega actualmente, cruzando a la
izquierda de Pantanillo, al final del camino hacia Barranquín,
estando Humboldt allí, domina la fuente de Quetepe, gozando de una
magnífica vista sobre el mar, el Cabo de Macanao y la Península de
Manicuare. Una selva inmensa se extendía a sus pies. El recuerdo de
aquél sitio persistirá por largo tiempo en su memoria.
Emprendieron su
recorrido hacia la cresta del Imposible, nombre dado porque se creía
que en caso de un desembarco del enemigo, esta cresta de montes
ofrecería asilo a los habitantes de Cumaná. Para ellos el campo de
vista del Imposible era mas hermoso y extenso que el de la
altiplanicie de Quetepe, se distinguía la cima achatada del Bergantín,
el embarcadero y la rada de Cumaná y la costa rocallosa de la
península de Araya; de aquí admiró la Laguna Grande o del Obispo.
Los llaneros enviaban
sus productos, sobre todo maíz, cuero y ganado al puerto de Cumaná por
el camino del Imposible. Sin cesar se veían llegar mulas conducidas
por indios y mulatos. Durmieron en la Casa de la Pólvora, que era un
hospicio construido al lado del almacén de pólvora, que ofrecía al
viajero toda clase de atenciones. Cuando Trinidad fue tomada por los
ingleses en 1.797, los cumaneses se refugiaron en Cumanacoa, pero
pasaban por la cresta del Imposible escondiendo allí sus cosas mas
preciadas; son muchas las historias que se cuecen respecto a tesoros
escondidos en esta parte de Montes.
Bajaron del Imposible
por una muy peligrosa bajada, de un sendero muy angosto con
precipicios, hacia San Fernando, antes se había comenzado el proyecto
de trazar un camino, se hizo una tercera parte al pié del Imposible,
pero la parte más peligrosa había quedado intacta. Pacientemente el
pueblo pagó peaje por un camino que no existía, hasta que el
gobernador Vicente Emparan acabó con este abuso.
Si va por la carretera
actual, vía Cumanacoa, puede hacer un alto en el camino, para conocer
y sentir lo caliente del agua del manantial de Los Ipures y mas
adelante, al comenzar el Municipio Montes remontar la Quebrada del
Imposible hasta las pozas, aquí se aprecia el antiguo camino
transitado por los españoles desde la época de la colonia y hoy es
paso obligado de los pobladores de esas zonas que en mulas transportan
sus cargas recolecta de cosechas, que al observarlas nos transportan
al pasado.
“Saliendo de la
Quebrada que baja del Imposible entraron en una tupida selva
atravesada por riachuelos, el camino entre bambúes los condujo hasta
el poblezuelo de San Fernando”, era la primera misión de indios
Chaimas en América visitada por el Varón Alejandro de Humboldt. San
Fernando de Cuturantar es un pueblo pequeño, de humildes pobladores,
situado entre los cerros Maracas y el Morrocoy, de tierras bañadas por
el río San Juan.
San Fernando como todos
los pueblos de misiones surgió y se desarrolló bajo el influjo del
ardor espiritual del catolicismo, desde su fundación hasta los días de
la independencia. Es un pueblo con calles anchas y largas, cada
familia de indio cultivaba su propio huerto y el de la comunidad que
eran generalmente de caña de azúcar o de añil. La Plaza Mayor de San
Fernando situada en el centro del pueblo, comprende el templo
apuntalado con un armazón de hierro, en espera de un proyecto de
rescate, la casa del misionero (hoy convento franciscano), y un
modesto edificio que llamaban La Casa del Rey, destinado a brindar
abrigo a los viajeros, convertida hoy en residencia familiar.
El templo de San
Fernando fue construido entre los años 1.736 y 1.740 aproximadamente
por el padre cumanés Melchor Avilés y los habitantes de la misión, su
estructura está bien cimentada y sólida, su planta es alargada con una
sola nave, se sabe que el techo era de dos aguas, la fachada está
dividida en dos cuerpos por una gruesa cornisa, la torre es de tres
cuerpos y según cronistas de la época este templo fue quemado el 18 de
Agosto de 1.817, durante la guerra, con gente adentro defendiendo la
fe religiosa abrazadas a algunas imágenes, tan sólo se pudieron
rescatar algunas como la de San Fernando Rey, San Roque entre otras
que son exhibidas en el convento franciscano que funge de templo, aquí
el Sr. Benjamín Rodríguez que es el encargado de la biblioteca
pública, recibe amablemente a todos los visitantes para relatarles
anécdotas e historias que son parte de su orgullo de su pueblo.
Puede visitar las casas de las artesanas ya que los trabajos en
arcillas son famosos en este pueblo.
Continuando el camino se
llega a la población de Arenas, visitando su Iglesia , el templo de
Ntra. Sra. de la Candelaria, es una verdadera joya colonial, único en
Latinoamérica que posee un retablo de mampostería separado de la pared
madre; lo castizo de sus coquetas torres campanarios, las figuras
decorativas en el exterior de sus gruesas paredes, le dan un aire de
arte y delicadeza únicos en su especie.
En esta aldea de Arenas
(reseña Humboldt en sus libros), vivía un labrador de nombre Francisco
Lozano, que había criado a su hijo con su propia leche; Habiendo
enfermado la madre, el padre para aquietar al niño lo llevó a la cama
y lo estrechó a su pecho, este labrador de treinta y dos años no se
había dado cuenta que tuviese leche pero la irritación de la tetilla
chupada por el niño trajo la acumulación de ese líquido, así lo
amamantó por cinco meses, dos o tres veces por día; Este
acontecimiento se supo hasta en Europa, Humboldt no logró conocerlo a
su paso por Arenas, pero luego padre e hijo fueron hasta Cumaná a
visitarlo ya el muchacho contaba con trece o catorce años de edad.
De aquí pasó a
Cumanacoa, una pequeña ciudad en un llano pelado, casi circular
rodeado de altos montes, que anuncia que el valle ha sido el fondo de
un antiguo lago. Rodeado de numerosas plantaciones. Con una plaza
central que enfrente a su iglesia todavía permanece una de las vallas
de la Ruta de Humboldt colocadas hace un tiempo por Corporiente y del
otro lado está el Palacio Legislativo, donde funciona la Alcaldía de
Montes, actualmente en proceso de rescate de su infraestructura ya que
también fue recinto visitado antiguamente por Humboldt.
En el pueblo de Aricagua,
no deje de visitar las ruinas del templo de Nuestra Soledad de María,
hoy apuntaladas por un armazón de hierro en espera de un proyecto de
rescate; en el pueblo de San Lorenzo, la Iglesia que lleva su mismo
nombre y la casa museo del artista Cruz Alejandro Quinal.
Puede recorrer los
balnearios Dos Ríos, la Cascada o la Fragua, para un refrescante baño
de río.
Ya en Cumanacoa, si está
preparado y lo acompaña un guía de la zona puede remontar el río hacia
las famosas cuevas del Cuchivano descritas por el sabio alemán, donde
encontró las mismas aves que vio luego en la Cueva del Guácharo y
fumarolas o grietas que antiguamente expelían fuego y luego gases,
sorprendiéndole las piedras que brillaban a lo lejos semejante al
cuarzo.
Si desea conocer la
antigua Hacienda cañicultora La Rinconada, que data de más de dos
siglos, puede ponerse en contacto con su dueño Sr. Luis Erasto
Beauperthuy que le mostrará el viejo trapiche, el acueducto y una
serie de antiquísimas maquinarias que aún están en uso, como la
trilladora de café entre otras.
Estos bellísimos parajes
de la hacienda sirvieron de locación para filmar parte de la película
venezolana Manuelita Saenz y su patio, utilizado para el secado del
café, ha servido de escenario ideal para disfrutar de actos
folclóricos, donde se presentan al grupo de danzas de Cumanacoa Cruz
Alejandro Quinal, el Quinteto Montes, Los Carrizos Precolombinos y
algunos galeronistas del taller de creatividad Arte Integral cerrando
así, con broche de oro, este interesante recorrido siguiendo las
huellas de Humboldt por el Estado Sucre.
Tercer Circuito:
Cumaná / Cocollar / San Antonio de Capayacuar / Caripe (Visitando la
Cueva del Guácharo) / Santa María de Cariaco / Catuaro / Cariaco
(Visitando el Complejo Aguas de Moisés) / Pericantar / Cumaná
“Proseguimos
nuestro viaje al convento de Caripe, capital de las misiones Chaimas”
Del Hato de Cocollar
subieron al Turimiquire que junto al Bergantín (conocido por los
marinos que llegan a la costa de Cumaná), forma una bellísima serranía
que se extiende hasta la zona de Cariaco.
Pasaron por la misión de
San Antonio de Capayacuar, que es "célebre a causa de un pequeño
templo de dos torres construido con ladrillos y adornado con columnas
de orden dórico” antigua iglesia a la que Humboldt denominó
“La Maravilla del País”.
Cerca de aquí se puede
admirar a un lado del camino, el espectacular y legendario Mural de
San Antonio de Capayacuar donde se le hace honor a la Culebra de Ipure,
una representación folklórica ya famosa propia de ese lugar.
Cruzamos la Cuchilla de Guanaguana, un sendero que va hasta el valle
de Caripe.
"Lo que mayor
celebridad da al valle de Caripe, después de la extraordinaria
frescura del clima, es la gran Caverna o Cueva del Guácharo. Una
imponente gruta donde habitan aves nocturnas propias de estos lugares,
llamadas guácharos, de sonidos agudos y penetrantes que causan un gran
eco que se repite en el fondo de la caverna". "Lo que mayor celebridad
da al valle de Caripe, después de la extraordinaria frescura del
clima, es la gran Caverna o Cueva del Guácharo. Una imponente gruta
donde habitan aves nocturnas propias de estos lugares, llamadas
guácharos, de sonidos agudos y penetrantes que causan un gran eco que
se repite en el fondo de la caverna".
El refirió, que una vez
al año los indios realizaban la cosecha de la manteca, que no era más
que recolectar la grasa de los polluelos recién muertos en envases de
arcilla que luego eran utilizados para aderezar las comidas o bien
para la lámpara del templo.
Esta gruta es recorrida
por un río que luego da origen al río Caripe, dentro de la cueva se
forman cascadas subterráneas en épocas de lluvias; Se aprecian las
estalactitas que bajan de la bóveda, y las estalagmitas que dan forma
pintorescas (por efecto de las filtraciones) que ya los guías de la
cueva las han catalogado con nombres simpáticos de acuerdo a su
parecido. Esta gruta es recorrida por un río que luego da origen al
río Caripe, dentro de la cueva se forman cascadas subterráneas en
épocas de lluvias; Se aprecian las estalactitas que bajan de la
bóveda, y las estalagmitas que dan forma pintorescas (por efecto de
las filtraciones) que ya los guías de la cueva las han catalogado con
nombres simpáticos de acuerdo a su parecido.
Humboldt estudió a
fondo esta cueva junto a todos sus fenómenos, físicos y geológicos,
entre otros, es por ello que fue nombrado en su honor Monumento
Natural Alejandro de Humboldt; A su entrada funciona un museo que
también lleva su nombre, con una muestra muy variada e interesante.
Bajaron hacia Santa
María de Cariaco donde actualmente se encuentra asentada la comunidad
de la etnia Chaima, donde Humboldt observó a los monos aulladores o
araguatos que se le cruzaban en el camino. Luego continuaron a la
misión de Santa Cruz que estaba situada en medio de la llanura, antes
de llegar a la misión de Catuaro, donde actualmente se encuentran las
ruinas de la antigua misión ya bajando a Cariaco observaron la Laguna
de Campoma y de Buena Vista, donde se encuentra actualmente el
desarrollo turístico agropecuario de Las Aguas de Moisés, junto con
otros balnearios como: Ko-Ko Land, Poza Azul, Poza Cristal, El Oásis,
Los Cocoteros y Poza Paraíso entre otras. La etapa final del viaje
la hicieron navegando por el río Carinicuao y luego a través del golfo
de Cariaco hacia Cumaná. Debido a una densa lluvia se refugiaron en
Pericantar.
Humboldt abandona Cumaná...
“¡Cuán cara y memorable persevera en su vida la primera tierra que han
pisado!”
* * *
Fuente:
-Colección Viajes y Descripciones. Alejandro de Humboldt por tierras
de Venezuela Homenaje al Libertador en el Bicentenario de su
Nacimiento. Fundación de Promoción Cultural de Venezuela. Caracas /
1.983
-Araya contada por
Arayeros del Prof. Carlos Reinales Mago, el cronista del Municipio
Autónomo Cruz Salmerón Acosta.
-Folletos,
periódicos y revistas diversas.
¡Los
invitamos a seguir estas interesantes
Huellas de Humboldt!
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