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Siguiendo el mandato de la
sangre estoy por segunda vez acá, embriagado en el honor de pisar la tierra
de mis mayores y la tierra de la mayor de mis reverencias, como lo es
el Mariscal de Ayacucho. Qué investidura tiene un hijo suyo para venir
a hablar de él que no suene a pedantería?- Un hijo suyo -es decir, un
accidente biológico-viene acá a expresar sus calificaciones sobre su propio
padre ¿acto pueril o atrevimiento?
De nuevo, como en 1995, estoy en esta plaza y delante de esta casa que
irradia su indecible hechizo. Y una vez mas expreso que no quiero exponer
sino el intimo tatuaje que me dejo su vecindad. Y que es más que nada
la aguerrida postura en defensa del poder civil, y sobre todo su Canto
por la libertad del hombre. No soy quien pueda aquilatar sus versos ni
su extensa obra periodística. Aquí comparezco ante Uds. sin mas título
que exhibir ante Uds. Ciudadanos representantes, que mi simple partida
de nacimiento. Y armado con ella, de nuevo me pregunto qué fuerza puede
tanto como para sostener viva en la memoria de la gente y en el corazón
de los sucrenses tanto amor como el que revela esta ceremonia. Por encima
de cualquier otra palabra que yo pueda tratar de expresar acá, quiero
dejar testimonio de que nada supera al agradecimiento dirigido al hombre
común, que ha preservado para AEB con emoción, un santuario, entre tantos
perecederos entusiasmos éticos a los que hemos sido proclives los venezolanos
a lo largo de generaciones .
Y de nuevo a darme a fantasear al volver a esta Tierra Prometida, la del
signo del Éxodo de la cual hemos estado prófugos a lo largo de un largo
siglo.
Apenas se ven las aguas del golfo Y lo más inmediato que me viene es:
A las 9 de la mañana del 16 de Julio de 1799 el velero
español Pizarro anclaba en el puerto de Cumaná. Las altas montañas de
la Nueva Andalucía, medio cubiertas de niebla, se perfilaban en el horizonte....flamencos
rosados, garcetas níveas y grandes pelícanos pardos del tamaño de cisnes
se alimentaban en la playa junto a un inmóvil mar verde: incluso a esa
temprana hora la luz era deslumbradora...al primer golpe de vista el lugar
nos aturdió por completo. Qué fabuloso y pródigo país estamos pisando!.Plantas
fantásticas, anguilas eléctricas, armadillos, monos, loros..toda una multitud
de árboles de hojas enormes y flores de fragante olor tan grandes como
una mano, completamente nuevos para nosotros... Bonpland no deja de advertirme
que perderá el juicio si las maravillas no acaban pronto...
En estas notas del Barón Alejandro de Humboldt escritas para su hermano
se revela la exaltación que aquella naturaleza pródiga y desconocida produjo
en quien puede sin ambages llamarse el Descubridor Científico de América.
Pocos días más tarde electrizado por la desmesura de aquel mundo virgen
se precipitaría al Sur. La descripción de lo que vio aquel día es parte
relevante de su Viaje a las regiones Equinocciales del Nuevo Continente.
Puso primero pie en Cumaná y aquel día le dio acta de nacimiento a la
ciudad en la comunidad científica mundial.
Así trato yo de experimentar leyendo como lo hacía Andrés Eloy en esa
casa cuando hojeaba esos mismos libros . Sus favoritos, los libros que
hablan de los reinos de la naturaleza. Y así parte del embrujo nació.
Un nuevo 6 de Agosto. Fue sólo después de su muerte cuando la fecha natalicia
empieza a ser celebrada y se hace tradición. Por azar, es un 6 de Agosto
en que la humanidad conoce el terror de una nueva era en el arte de la
guerra, en Hiroshima. Y no sin significado, es también la fecha en que
la cristiandad celebra la Transfiguración del Señor.
Momento propio para la infidencias de la memoria: Nunca Andrés Eloy festejó
la fecha de su cumpleaños. Fiel a la vieja usanza hispánica, y luego mexicana,
de celebrar el onomástico, sí vislumbro nuestra casa llena de una entusiasta
y calurosa concurrencia el 30 de Noviembre, cada año. Oportuno es contar
acá como nació el nombre de Andrés Eloy. Acá en esta ribera del Manzanares,
un crío vino a la vida en la medianoche del 30 de Noviembre al 1º de Diciembre
de 1830. Mientras en San Pedro Alejandrino el gran danzarín llevaba en
los dedos el compás de las aguas que le marcaban los últimos compases
de la Danza del Fuego. Acá, en Cumaná, el santoral señalaba al Apóstol
Andrés, y al día siguiente a un santo varón llamado Eloy. Y así fue bautizado
Andrés Eloy Meaño, quien sería Gobernador de la provincia de Cumaná, médico
de los que iniciaron sus estudio en el antiguo y noble Colegio Nacional
de Medicina del vetusto convento de San Francisco, y a quien el terremoto
de 1853 envió a Caracas . Allá se graduó y volvió. Hizo vida y profundizó
raíces en estas calles y bajo las losas de la Iglesia de Santa Inés reposan
sus cenizas. De ese abuelo vino el nombre . El 14 de Septiembre de 1896
al 6º hijo de Luis Felipe Blanco Fariñas y Dolores Meaño Escalante. “En
la Santa Iglesia Matriz de esta ciudad de Santa Inés de Cumaná, el Pbro.
Br. Cruz Antonio Silva, con licencia del Cura Rector, Pbro. Dr. José Martiarena,.bautizó
solemnemente un párvulo con el nombre de Andrés Eloy”.
Ese mismo niño de 20 días se va a Caracas y allá sobrevive a la tosferina
Y puede volver a su casona y crecer, se bañaba en un estanque bajo un
parral, que sabía a Grecia, hasta que el ultimo día de la Guerra Federal,
un Luis Felipe Blanco, médico de niños como yo, maestro de escuela, traductor
de griegos y latinos, fue a la cárcel acá en Cumaná y de allí al destierro.
Por seguir a Nicolás Rolando y se le dio como confinamiento la Isla de
Margarita y allá ese doctor Blanco fue médico de pueblo, y de ese primer
exilio cuenta su hijo menor, Andrés Eloy, que su coche negro y su caballo
blanco recorrieron mil veces los caminos de la isla, siempre llevando
a sus dos hijos varones en el coche, y durante el viaje recitaban poemas
y al mismo tiempo nos enseñaba a querer a la tierra y a sus seres y mientras
con mano suave llevaba la rienda de su caballo- El exilio y el mar, cosas
del llanto.
Están desterrado 6 años y vuelven a Cumaná en Abril de 1909, justo a tiempo
para aquel niño recibir la comunión de manos del padre Martiarena, era
el 10 de Junio de aquel año.
Y miedo, mucho miedo en el alma azul
Yo comulgaba
Y por el alma azul bajó la hostia
Como luna en la madrugada
Ya en Julio de 1909 se radica en Caracas. Y ya no habrá más para él esta
casona oriental con la que soñará para siempre y a la que hará entrar
en el paisaje espiritual de la patria con sus versos.
Está en la escuela caraqueña en Septiembre de 1909. El día 25 bajaba camino
del colegio, y en la esquina de Carmelitas oye un disparo y ve caer muerto
a Henrique Chaumer, el hombre municipio, asesinado por un envalentonado
a una cuadra de la ahora ominosa esquina de Llaguno, desde donde los émulos
del asesino de Chaumer dispararon también contra una muchedumbre indefensa
y por una casualidad, confundido entre esa multitud esperanzada iba quien
ahora les está leyendo.
El chico quiere ser abogado. En 1918 conoce su primer arresto . Los estudiantes,
so pretexto de festejar el cumpleaños del rey Alberto de Bélgica exaltan
su heroica resistencia ante la invasión alemana .Saben de las simpatías
del gobierno por el Keiser Guillermo.
En 1919 está en Apure, dado por única vez a la jurisprudencia ,y su cliente
estelar es la legendaria Doña Bárbara, cuya historia narra a Gallegos.
Pero la poesía lo llama, y a temprana hora es tocado por la fama, cuando
la Academia de la Lengua lo premia por el Canto a España. Recibe el lauro,
es el hombre del día, pero al mismo tiempo recibe el costalazo que cambia
su vida, al presenciar la ejecución de tres hombrees a garrote vil. Al
dejar de ser un “poeta de Juegos Florales” en lo adelante dirá que “Soy
un poeta prestado a la política a nombre d e la responsabilidad del pensamiento”.
Es esa, para siempre su profesión de fe.
Regresa a su tierra pero hace una fecunda y trascendente escala en La
Habana, donde estrecha lazos que durarán toda al vida con la juventud
literaria de Cuba. Con el gracejo que le fue consustancial, narra:
“Me esperaban en graciosa distribución, de un lado el Ministro y el Secretario
de la representación diplomática del gobierno de Venezuela en Cuba. Del
otro lado, a buena distancia, los desterrados: Aristeguieta, Ramos Sucre,
Gustavo y Eduardo Machado, Salvador de la Plaza,Hernando Rodríguez del
Toro. Mas curioso fue aun el brindis que se hizo en e l salón del hotel:
los diplomáticos de Gómez se sentaron a mi derecha; los desterrados a
mi izquierda. Todos hablaban conmigo, pero entre ellos no hablaban. “
A poco de volver, poeta laureado y agasajado por doquier, descubre que
la opresión se avenía mal con su natural indócil, y decide afrontarla
con un periodiquillo mecanografiado. Y muy pronto lo pillan y se lo llevan
de viaje, primero a la simbólica Rotunda, luego al tenebroso castillo
de Puerto. Cabello. Cuando casi se muere y las garras de aquellos buitres
uniformados le dan respiro, es para enviarlo a otro confinamiento: La
ciudad de Timotes, como la Montaña Mágica de Thomas Mann, donde su esmirriada
osamenta es aun objeto de celosa vigilancia. Acá debe haber tomado conciencia
del poder temible de su voz. El General déspota tiembla ante lo que pueda
decir el poeta. Se le incomunica. Se prohíbe a los lugareños tener trato
con el sujeto .Debe haber ideado en aquella soledad su conmovedor Cuento
de Salud y Libertad, que años después dedica a sus hijos, y a los hijos
de todos los venezolanos que se sienten libres.
Pero en vano buscaron prenderlo
Porque huía de todos los hombres
Porque aquel era el pájaro libre
Conspirador del cielo
Agitador de sus alas veloces
Un fugaz ruiseñor de los campos
Con canto de flecha mojado en los bosques..
Y volverá a ser libre cuando muera el déspota para enseñar a la gente
buena de su noble pueblo la complicada gimnasia de la democracia. Y será
de quienes inauguren una clase de pedagogía política que no ha tenido
parangón en nuestra historia, y pese a que solo durará unos 50 años, sigue
siendo la reserva moral que ha permitido al venezolano de hoy alzarse
contra las pretensiones hegemónicas de quienes han sentido nostalgia por
la peinilla y el caporal.
Presidirá una Asamblea Constituyente ejemplar, de donde sale la más democrática
constitución de América.
En el primer minuto del 5 d e Julio de 1948 nació una nueva Constitución
de Venezuela .entre sus hojas con sus cuatro pétalos abiertos está la
flor de las cuatro libertades
Pero el cuartelazo- paludismo recurrente de nuestra vida ciudadana- acaba
con aquel experimento
Y en 1948 emprende el exilio, hacia la Cuba entrañable de sus años de
rapsoda impenitente, y al final la severa magnificencia de Tenochtitlán,
la región más transparente del aire, donde conocerá por única vez en su
vida la dulce calma de la vida familiar : una existencia provinciana casi,
bajo la tutela de los grandes volcanes de Anáhuac. Podrá decir como Lowry,
“Al que ha caído el polvo de México en el alma ya no vivirá sin él.”
Y allá dejó la vida, en una noche impía. . Volvió a su tierra en alas
de un vetusto DC-3-a inhumarse en un cortejo prohibido. Esta, su póstuma
confinación. (Aunque hoy no podría asegurarse de que sea la última). Su
cadáver ofrecía los mismos síntomas de peligrosidad que acobardaron a
cada bárbaro a su tiempo. Esbirros vigilaban a los asistentes y anotaban
sus nombres en tenebrosas libretillas. Desde el bebé coqueluchoide al
editor furtivo de El Imparcial, o al fantasmal caquéctico de los páramos
en aquella pobre y sublime habitación merideña de 1932. Todos ellos infundieron
pavor de una misteriosa forma a los que usaban los fusiles para imponerse.
Ese sortilegio no parece terminado.
Llegó a 100 años viajando alma adentro, y el pueblo, palabra a la que
su voz daba una dignidad sonora, que ahora parece ignota, lo recuerda
con vocación que asombra.
“La fama es el sol de los muertos”, dijo Balzac.
Pero sin los vivos que periódicamente refresquen las ropas, se acerquen
al horno y muevan sus complicados mecanismos, la fama eventualmente se
apaga. Para fortuna de su memoria Venezuela lo convirtió en alegoría y
lo contiene dentro de su paisaje, como lo atestiguan 57 escuelas o liceos
e incontables plazas y avenidas que llevan su nombre. Pasarán los años,
como han pasado, y de su obra escrita se recordará lo más popular, como
prueba de su raíz sensible. Se olvidará lo mejor, pero en algún momento
se hablará de él en un tono despojado del hagiográfico que tanto lo ha
desdibujado. Tal vez se tendrá referencia de su voz, de su elocuencia,
que exaltaba multitudes en un nivel reservado a los ídolos musicales y
deportivos
Pero a solo 6 años de su Centenario, el paisaje instituciones libres,
independientes, de Poderes separados, por los que se desveló, ha sido
barrido. Y yo me pregunto y me repregunto, y con fuerza de interpelación
penitente... ¿Se reconocerá El en esta Venezuela? ¿Transigiría ante las
nuevas caras de la injusticia?
Andrés Eloy, cuya veneración por el agudo Simón de las Espadas no tenía
límite, que descubrió que Venezuela –inalcanzable y pura- es más poblada
en la gloria que en la Tierra, se rebelaría al oir el nombre de Bolívar
usurpado y usado en vano como triquiñuela circense. Sin duda sí andaría
preguntando cuántos de sus paisanos recuerdan hoy que Antonio José de
Sucre encarna, por encima de cualquier otra cosa al Militar Civil que
no confió jamás en la virtud de las armas en tanto que medio encaminado
a normar la vida institucional de las naciones .
Y yo me vuelvo a preguntar, ciudadanos representantes ¿es este el país
que el aspiraba a legar a sus hijos, él que fue conciencia abierta a todo
lo que significara integración venezolanista, ciudadano de mil ventanas
abiertas a todos los vientos de la la inquietud nacional,como lo llamó
Mario Briceño Iragorry?
¿Es este el país donde rige la majestad del poder civil ? ¿Imaginan Uds.
al menudo redactor de El Imparcial, hoy? ¿Viviría él resignado en un país
acechado por comisarios ideológicos ?
El, que escribiera
Digo al adicto rojo del nuevo falansterio
Que con la luz del día la libertad dialoga
Y el bien está en ser libres del odio y el misterio
Como lo gritara Luis Castro Leiva en la hora de su antológico mensaje
al Congreso el 23 de Enero de 1998: 148 años nos ha costado empezar a
descubrirnos capaces de confiar en nuestras facultades para ser libres.
Más de medio siglo para aprender que se puede «vivir en común» (en república)
sin tener que obedecer ya más al poder del silencio y la mandonería. Por
esas mismas razones Andrés Eloy exclamaría
¡vivir es desvivirse por lo justo y lo bello!.
El sacrificio de hacerse aherrojar, martirizar, desterrar por la libertad,
un concepto huidizo en aquellos años, prevalecerá como señal de vida en
el cuerpo informe de la nación. Mas quiero yo por mis hijas y por los
hijos de todos los venezolanos que se le recuerde como propalador de un
proyecto de vida desvelado: La república del hombre justo, la fórmula
que él mismo escribió y puso en boca de Vargas
Receta sin contraindicaciones para la sed y la oscuridad
Agua y luz, luz y agua, la fórmula del iris.
Todavía en esta hora crispada debemos confiar en Venezuela, apuntando
a lo que Guillermo Sucre dijo a propósito de Mariano Picón Salas: si alguien
pudo escribir con tanta claridad sobre lo que somos, es porque esa luz
existe en alguna parte.
Y sigo conservando para mí el retrato que mejor condensa la esencia de
su vida. La viril noción de fragilidad. El mismo era la efigie agónica
que trazó de Charles Chaplin:
Algo que corre sin rumbo fijo. algo que a cada segundo está evadiendo
el atropello. algo que se escapa ,y cae, y vuelve a escaparse; algo que
se quiere salvar y se salva y a veces parece que se muere, y se fugó d
e nuevo, y se hace aéreo, impalpable, sólido, intenso, efímero, doloroso
y risible.
"Desgraciados el pueblo que obedece y el hombre que manda solo",
reflexionó una vez Bolívar ante una asamblea constituyente que se disponía
a otorgarle una vez más todos los poderes
Y contra eso todavía tenemos la voz, la vida, la fe de Andrés Eloy Blanco.
Que para esta hora tiene la palabra justa.
Señores:
Con la limitada autoridad que me da mi parentesco, quisiera usarla para
invitar a volver al punto de partida de aquella conciencia de pueblo que
el llamo Navegación de Altura
Para traerlo de nuevo en medio de nosotros y acatarlo en la formidable
empresa a la que nos vuelve a invitar desde su angustia. El, albacea del
albacea de la angustia venezolana
'Venezuela está ciega y necesita sol... Venezuela está insomne y necesita
noche... Venezuela está exhausta y necesita lecho... Venezuela está ardiendo
y necesita
agua... Venezuela está muda y necesita voz... Venezuela está inmóvil
y necesita andar... Venezuela ha llamado a sus hombres.
Nota: Permiso de publicación concedido
por la Sra. Flor Nassar de Díaz (Presidenta de la Fundación Andrés Eloy
Blanco) en el mes de Abril del 2003 a la Sra. Rosa Theron de Castillo
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